Times goes by… El Concierto de Madonna

El 24 de junio de 2023, a pocos meses de iniciar una de sus giras más ambiciosas, el Celebration Tour, Madonna fue ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos. Había sido encontrada inconsciente en su casa en Nueva York debido a una infección bacteriana. Días después, el diagnostico era prometedor, se encontraba fuera de peligro y se esperaba que se recuperara en su totalidad durante los siguientes días. Todos los compromisos de Madonna serían pospuestos, incluyendo el Celebration Tour.

Die Another Day

Tras meses de especulaciones, incertidumbre y pocas expectativas, Madonna inició su gira en la Arena O2 en Londres con un show sin músicos en vivo, un drag como presentador y un setlist en el cual destacaban éxitos que serían interpretados por primera vez en una gira, como Bedtime Stories o Bad Girl.

Durante uno de los segmentos, después de interpretar un cover acústico de I Will Survive de Gloria Gaynor, Madonna relata su traumático episodio meses atrás.

«Sometimes it takes something so extreme to happen to remember the fear and loneliness other people go through».

El Celebration Tour no sólo es un viaje en el tiempo a través de la carrera de Madonna, es un concierto en el que a través de sus grandes éxitos e impactantes puestas en escena explora temas a los cuales hace frente a sus 65 años y que parecía haber evitado a toda costa: el envejecimiento, la enfermedad y la muerte.

I Love New York

Una de las particularidades de las giras de Madonna es la teatralidad con la que inicia sus conciertos. Nothing Really Matters del álbum Ray of Light es de lejos una de las elecciones más acertadas para iniciar su gira de éxitos, una canción que curiosamente recurre al pasado para tratar de brindarnos claridad en el presente y darnos cuenta que a pesar del paso del inevitable paso del tiempo, lo más importante es y seguirá siendo el amor.

La ejecución carece de ese dramatismo y fuerza que ha caracterizado sus openings en giras y presentaciones anteriores –el mismo opening de su XLVI Halftime Show resulta más efectivo en menos de 2 minutos–, sin embargo su carisma y el verla de pie después de meses de incertidumbre y sus dos horas de retraso para iniciar su concierto –también ya características en sus giras y que este año le valieron una demanda– hacen de este opening algo memorable.

Madonna cantando Nothing Really Matters en el Celebration Tour

La primera parte del show es sin duda la más convencional –en el buen sentido– donde Madonna repasa muchos de sus éxitos radiofónicos en los años 80 y lugares emblemáticos para su carrera en Nueva York: Everybody, Burning Up, Into the Groove, Open Your Heart y Holiday el cual contiene un mashup de I Want Your Love.

El segmento termina con una transición casi poética entre Holiday –donde todo es risa, sexo y diversión– y Live to Tell –donde rinde homenaje a través de fotografías proyectadas en las pantallas a los fallecidos de SIDA en los años 80’s, incluyendo artistas como Freddie Mercury y Keith Haring.

No recuerdo haber visto una transición tan convincente desde el Girlie Show en 1993, en el cual termina su interpretación de Deeper and Deeper con la representación de una orgia en el escenario, para después cantar y cuestionarse «Why’s so shard (to love)?».

Madonna cantanto Live to Tell con una fotografía de Keith Haring en el fondo.

Express Yourself

El segundo segmento es un recorrido por algunas de las canciones, elementos sexuales y religiosos por los que Madonna fue atacada por los medios, perseguida por la sociedad, y excomulgada por el vaticano. Tres veces. Paradójicamente, fue en esta época que se consolidó como un ícono.

Este segmento inicia con Like A Prayer y el famoso coro de Unholy de Sam Smith con Kim Petras. Aunque sorprendente visualmente, carece del clásico verso gospel en el que generalmente alguna de sus coristas se une para interpretarlo.

Después de interpretar Erotica, simular masturbarse en una cama –acción que conmocionó a la sociedad en 1989 durante el Blonde Ambition Tour– con Papa Don’t Preach de fondo y realizar una coreografía sumamente sexual con Justify My Love, interpreta su más reciente colaboración con Tokischa en Hung Up –en la que la audiencia enloquece–, para cerrar con una balada interpretada por primera vez en un concierto: Bad Girl a lado de su hija Mercy James en el piano.

Madonna cantando Like a Prayer en un gigantesco carrusel iluminado

Sin duda, cuando Madonna ha sido más censurada es cuando ha tenido algo relevante que decir. Cuando ha sido más incomoda para la sociedad es cuando más importante ha sido escucharla.

Madonna no sólo apeló a la importancia de la sexualidad femenina, sino que también la vio como una herramienta de poder –de la cual hizo uso hasta volverlo norma. Madonna defendió la sexualidad femenina y homosexual en una época en la que hacerlo era sentencia de muerte, metafórica y literalmente hablando.

Jamás se consideró una víctima por ser sexualizada, al contrario, asumió su capacidad para sexualizarse ella misma.

Madonna con su iconica coreografía tocándose en la cama

Deeper and Deeper

El tercer segmento es breve y contiene dos de sus éxitos que viven en el imaginario colectivo: Vogue y Crazy For You, además de Human Nature.

Si algo demuestra este segmento es la genialidad que tuvo Madonna a lo largo de su carrera para identificar tendencias entre la sociedad (lo que los alemanes llaman el zeitgeist), absorberlas y presentarlas en sus shows y canciones. Madonna no inventó el voguing, pero fue quien lo llevó de los clubes clandestinos al mainstream. No inventó el empoderamiento femenino, pero sin duda supo reflejarlo llevarlo a éxitos como Express Yourself y Material Girl. No inventó el ser profano, pero hizo frente al dogma y ostracismo generado por la iglesia católica.

Madonna interpreted Vogue en el Celebration Tour

Incluso Cher –quien es bien sabido no tiene en estima a Madonna– ha admitido que la característica que más la impresionaba de Madonna era «su capacidad para estar siempre un paso adelante, saber cuál sería el siguiente gran éxito».

The Power of Goodbye

El cuarto segmento corresponde a finales de los años noventa e inicios de los dos mil. Años en los que pasó de entregar trabajos polémicos y transgresores, a entregar trabajos más vanguardistas, de mayor calidad, pero de alguna forma con un discurso más conservador. Son también los años en que obtuvo cuatro premios Grammy por Ray of Light, experimentó en el country con Music, los años en que se auto censuró después de criticar la guerra de Estados Unidos con Irak en American Life, los años en que reafirmó su lugar como Reina del Pop con Confessions on a Dance Floor y tal como lo recuerda Madonna misma en este segmento durante uno de sus discursos, son los años en que se convirtió en madre.

Este segmento inicia con el casi profético Die Another Day, para después pasar por éxitos como La Isla Bonita, Don’t Tell Me y una versión acústica de Express Yourself. Abandona el escenario con una bandera LGBT mientras interpreta Don’t Cry for Me Argentina, uno de sus éxitos que le valió un Oscar a Andrew Lloyd Webber, lo cual no puede más que recordarnos las fallidas intervenciones de Madonna en el cine y su insaciable deseo de experimentar en él.

Borderline

El penúltimo segmento donde interpreta por primera vez en vivo una de sus canciones más vanguardistas escrita por Björk, Bedtime Stories. Montada en un cubo gigante con animaciones esqueuomorfísticas generadas con inteligencia artificial, muy similares a las utilizadas en el año 2022 en el NFT de Madonna, el cual salía literalmente de su chocho.

Madonna montada en un cubo gigante que proyecto imágenes que parecen generadas con inteligencia artificial

Su experimentación con la tecnología no es nueva, en 2006 se presentó en los Grammy Awards con unos hologramas gigantes de Gorillaz. En 2019 durante su presentación en los Billboard Awards junto con Maluma presentó replicas holográficas que costaron más de $5 millones de dólares.

Live to Tell

El último interludio es extrañamente especial. Dos bailarines emulando a Madonna y Michael Jackson mientras interpretan un mashup de Like a Virgin y Billy Jean.

Una versión poco conocida que Madonna ya había interpretado con anterioridad a inicios de su carrera durante el Virgin Tour.

Madonna nunca tuvo una relación cercana con Michael Jackson, el mismo Rey del Pop se negó a componer canciones para Madonna porque la consideraba «demasiado sexual» –lo cual es curioso conociendo los escándalos del Rey del Pop. Durante la grabación de We Are The World liderada por Michael Jackson, se decantaron por Cyndi Lauper en lugar de Madonna. Si se presta atención al backdrop que se proyecta en pantallas, se repite las mismas 2 fotografías de ellos juntos, dudo que hubiera más fotografías ya que no fueron colaboradores cercanos.

Las sombras de Michael Jackson y Madonna en el Celebration Tour

Lo que sí compartieron fue la corona como reyes del pop. Cada uno escribió su propia Biblia la cual ha sido retomada y reinterpretada por numerosos artistas. Ambos pertenecen a una generación de artistas que están dispuestos a morir en el escenario antes de dar un mal espectáculo. Junto con Prince, me parecen los artistas más perfeccionistas y control freaks que han existido, disciplinados como pocos y dispuestos a ensayar 100 veces antes de salir a escena.

De todas las leyendas, Madonna es la que queda. Nadie le dijo como llegar ahí. A sus 65 años, nadie puede decirle cómo seguir. Es ella quien escribió y seguirá escribiendo la Biblia del pop.

Bitch, I’m Madonna

Madonna cierra el concierto con una composición un tanto dantesca. Sus bailarines caracterizados con sus icónicos vestuarios en presentaciones memorables en los MTV Awards o el Halftime Show, giras como el Girlie Show, películas como A League of Their Own e incluso la Gala del MET.

Al igual que sus openings, los cierres de Madonna están cargados de energía. Curiosamente, este no es el caso, en su lugar, es un cierre cargado de simbolismos. Madonna se mueve poco, luce exhausta, viste una rodillera y un velo blanco que oculta su cabello. Honesta como pocas veces se permite ver. Es Madonna diciendo este es mi legado, esta es mi historia. Y esto es lo que puedo entregar hoy.

Al despedirse oculta su cara con el velo blanco.

Madonna abandona el escenario del Celebration Tour con un velo blanco cubriendo su cara

You Must Love Me

Lejos está Madonna hoy en día de ser la artista que marca la agenda, su poca capacidad para adaptarse a medios digitales, su llegada tardía y catastrófica a colaboraciones con géneros urbanos, así como su obsesión por lucir joven a través de intervenciones quirúrgicas han minado su estatus en la escena musical. Sus últimas presentaciones previo al Celebration Tour en Eurovision y acompañando a Maluma en concierto han sido desastrosas.

Sin embargo, creo que el Celebration Tour la ha reivindicado como la gran genio y artista que es. Más de un millón de boletos agotados en 80 conciertos alrededor de 15 países. Un cierre con un concierto masivo en Rio de Janeiro, Brasil al cual asistieron más de 2 millones de personas y el cual le valió un récord como la artista femenina en solitario con el evento masivo más grande.

Quien mejor que la misma Madonna para hacer un homenaje a su carrera de más de 40 años. En sus propias palabras: lo más controversial que ha hecho a lo largo de su carrera es seguir presente.

Long Live the Queen.