El jueves 10 de octubre, después de presentarse como acto de apertura para dos conciertos de The Killers en Ciudad de México y uno más en Monterrey, Franz Ferdinand presentaría su único concierto en solitario este año en tierras mexicanas promocionando su próximo album The Human Fear en el Frontón México con un aforo aproximado de 4,200 personas el cual tuvo un lleno total –o eso creo.

Un concierto apresurado y con un venue peculiar y sin sentido, a comparación de giras anteriores. En 2022 se presento con su gira Hits To The Head en el Palacio de los Deportes con una capacidad de 19,800 espectadores (de la cual no se agotaron todas las localidades) y en 2018 promocionando el album Always Ascending en Pepsi Center del cual abarroto con más de 8,000 espectadores. El anuncio del concierto fue hecho con sólo tres semanas de anticipación a la presentación. Muchos de sus seguidores ya nos habíamos hecho a la idea de que la única forma de verlos en México este año sería asistiendo al concierto de The Killers para verlos tocar 30 min o en el Festival Pulso GNP.

El setlist

El setlist se compuso en gran parte de las nuevas canciones que formaran parte del álbum The Human Fear. El álbum Always Ascending brillo por su ausencia –gracias al Señor– y su disco homónimo, Franz Ferdinand, se destacó por brindar ciertos chispazos de lo que pudo ser un gran concierto.

Del setlist, el mayor acierto me parece haber dejado Always Ascending fuera de una lista por demás limitada. El primer error me parece la extensión de la lista, la cual no llega ni a las doras horas con los tres tracks del encore.

El segundo error, incluir tantos temas inéditos del próximo álbum a estrenarse en enero de 2025. No es la novedad de los tracks lo que mantuvo el concierto con un ánimo irregular, si no más bien la calidad de los mismos: uno de ellos sonaba hasta desafinado. Probablemente, si el álbum hubiera sido lanzado en su totalidad previo a la gira, el público habría conectado mejor. Hasta en la gira promocional de Always Ascending el público se mostró más animado.

Destacó la selección de los tracks de otros álbumes como Right Thoughts, Right Words, Right Action que incluyó Evil Eye (temazo), o You Could Have It So Much Better que incluyó Outsiders y Walk Away (temas lentos con un estilo rockabilly).

Faltaron: Darts of Pleasure, The Fallen, Come On Home. Sigo soñando en mis sueños húmedos con que toquen: Van Tango (nunca superaré a Nick McCarthy fuera de la banda) y Live Alone (si no han escuchado la versión de Debbie Harry de Blondie, corran a hacerlo).

La audiencia

Para mi sorpresa, una audiencia bastante variada, entre adolescentes, señores románticos, hipstersillos y niños en hombros de sus papás (no sean así). No sé si es el hecho de que el concierto fue en jueves y al siguiente día tenían escuela o ir a trabajar, pero el público ni saltaba, ni se movía. Incluso cuando el vocalista, Alex Kapranos, pidió a los asistentes que se agacharan como parte de This Fire, la gente permanecía inmóvil. Hubo más emoción en la pelea de una parejita con dos jóvenes que los empujaron. Así el nivel de la audiencia: quejándose porque los empujan… en un concierto.

Algunos tal vez atribuyan la falta de energía a la edad del fanbase de la banda (que debe estar rayando los cuarenta años en este momento), pero me parece una hipótesis simplista: hasta las señoras locochonas y mis comadritas se movieron más en el último concierto de Madonna –del cual hice una excelente reseña que pueden leer en Times goes by… El Concierto de Madonna.

Good Bye Lovers & Friends

Mi hipótesis es, que los verdaderos fans de Franz Ferdinand se fueron a verlos a los conciertos de The Killers o el GNP y se quedaron sin dinero para verlos en el Frontón México.

El Frontón México no me pareció el mejor lugar para una banda del tamaño de Franz Ferdinand. No soy un experto en acústica, pero sé cuando algo no suena bien, y en esta ocasión sucedió y mucho. Visualmente, un concierto limitado que achaco a las limitaciones del venue.

Quizá lo único que hay que reprochar a la banda, es la duración del concierto (cerca de una hora y media) que podría haber sido de dos horas, pero con una audiencia tan indiferente, ¿cómo pa’ qué?